Una señal clara es una decisión pensada.

Durante esta fase de la PAC2 he desarrollado un proceso de exploración completo centrado en el espacio industrial, que ya había analizado en profundidad en la PAC1. Mi objetivo ha sido construir un sistema de senyalística funcional, claro y coherente con el entorno, no desde lo decorativo, sino desde lo estratégico.

He trabajado en cuatro bloques: señalética e iconografía, color, tipografía y materiales. A través de moodboards, esbozos y referencias, he identificado las claves visuales que definen la identidad del espacio y que pueden traducirse en un sistema claro y eficaz.

Tal como se afirma en los recursos, “el projecte de senyalística no és una intervenció decorativa, sinó una acció estratègica”, y este enfoque me ha ayudado a tomar decisiones informadas y útiles para las personas que interactúan con el entorno industrial.

Estructura del proceso visual: un moodboard dividido en cuatro bloques

Para abordar el proceso de exploración visual de forma estructurada y funcional, he decidido dividir el moodboard en cuatro bloques temáticos: señalética e iconografía, color, tipografías y materiales. En lugar de presentar un único moodboard general, he preferido trabajar cada componente por separado, ya que cada uno cumple una función específica y crítica dentro del sistema de senyalística.

Esta decisión responde también a lo que plantean los recursos de la asignatura, cuando insisten en que:

“Un sistema gràfic funcional ha de construir-se a partir de codis visuals coherents i específics.”
Por eso, he tratado cada código visual como un módulo independiente: primero lo he investigado, luego lo he visualizado y finalmente lo he reflexionado gráficamente.

  • En el moodboard de señalética e iconografía, me he centrado en referencias aplicadas en entornos industriales similares, donde la señal no se impone sobre el espacio, sino que se integra sobre muros, estructuras o superficies ya existentes.

  • En el de color, he analizado cómo se comunican ciertos códigos cromáticos en la naturaleza (rojo = peligro, azul = información, amarillo = advertencia) y cómo podemos trasladar ese lenguaje instintivo al entorno industrial.

  • En el de tipografías, he comparado opciones y he argumentado la elección de Montserrat por su legibilidad, neutralidad y fuerza visual.

  • Y en el de materiales, he reflexionado sobre cómo aprovechar los propios soportes del espacio (cemento, acero, puertas) como parte activa del sistema, evitando estructuras añadidas innecesarias.

Esta división me ha permitido crear una base sólida de decisiones, donde cada componente tiene un rol definido y contribuye a construir un sistema completo, funcional y coherente. No hay un collage visual libre, sino una exploración estratégica guiada por los objetivos del proyecto.

Esta PAC me ha hecho repensar muchas cosas. No solo sobre la señalética, sino sobre mi forma de diseñar. He aprendido que un sistema gráfico no empieza con una paleta de colores ni con una tipografía bonita, sino con una pregunta: ¿quién está aquí? ¿qué necesita? ¿qué no debe fallar jamás?

Y ahí entendí que diseñar señalética es diseñar relaciones: entre personas y espacio, entre urgencia y claridad, entre rutina y orientación. Es crear una red invisible que acompaña sin hacerse notar, pero que está siempre, en el momento justo, en el lugar exacto.

He pasado por fases de duda, de bloqueo, de volver atrás. Y me alegro. Porque eso también es diseñar: detenerse, repensar, ajustar, observar antes de proponer. He dejado de buscar el “impacto visual” para buscar algo mucho más difícil: la funcionalidad silenciosa.

Como dice uno de los recursos,

“darrere de cada senyal hi ha una decisió, i darrere de cada decisió, una responsabilitat.”
Y yo he sentido esa responsabilidad desde el primer boceto hasta el último plano. Porque aquí no se trata de expresar, se trata de comunicar con eficacia, con claridad y con conciencia.

Me llevo una certeza: cuando el diseño deja de mirar hacia sí mismo y empieza a mirar hacia el otro, es cuando realmente empieza a tener sentido. Y eso, para mí, es lo más valioso de todo este proceso.

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